3.12.15

Querido José Saramago: máquinas en Marte y asesinatos


Querido José: es un mundo normal, un mundo en el que nadie manda y controla como quieren creer los conspiranoicos, donde la gente buena hace cosas buenas, la gente mala hace cosas malas y los problemas difíciles son difíciles de solucionar.

Te explico, José, querido, por el cariño que te tengo desde dos o tres de tus libros (no todos, a veces eras una fábrica de ladrillos). Mandar máquinas a Marte es relativamente fácil. Hay una serie de problemas bien conocidos, de matemáticas, física, materiales y recursos. Con una cantidad minúscula de dinero (2500 millones de dólares en el caso del Curiosity) gastada una sola vez y con la inteligencia de muchos hombres y mujeres nobles y decididos unida para resolver esos problemas (insisto, difíciles pero bien delimitados) puedes alcanzar el éxito.

Pero cuando hablas de "detener el asesinato de un ser humano" estás hablando de un problema infinitamente más complicado, lleno de variables ocultas, de subjetividades, de interacciones que no están sujetas a leyes relativamente simples (como las de la gravitación o la relatividad). Es más, no sabemos todavía, ni parecemos estar cerca de, desentrañar todas esas variables e interacciones y expresarlas en ecuaciones matemáticas con la certeza con la que sabemos que E=mc2.

En el mundo se calcula que hay entre 1200 y 1300 asesinatos cada día. Estas tragedias son el resultado de la interacción de 7000 millones de seres humanos en un marco de lo más variable en cuanto a educación, riqueza, creencias, geografía, patologías, clima, costumbres y visiones, de correlaciones de fuerza y de motivaciones. Alguno matará a su pareja porque cree que le pertenece, y sus vecinos dirán que parecía normal y siempre saludaba. Otro matará porque es su profesión y se lo ha ordenado el tirano que le paga el salario. Otro lo hará para robar porque es pobre, porque es delincuente profesional o por ineptitud. Alguno lo hará por ser un psicópata incapaz de empatizar con los seres humanos a su alrededor. Uno más lo hará por abuso de autoridad. Algunos sin duda estarán movidos por el miedo y la legítima defensa. No pocos lo harán porque consideran que su dios se los manda y están haciendo justicia cuando asesinan, decapitan, ahorcan, crucifican y torturan a sus víctimas. Y algunos pensarán que es la mejor acción política para tomar el poder e instaurar el paraíso por decreto. Faltan muchísimos contextos de "un asesinato" que conforman el líquido triángulo "motivo, medio y oportunidad" de los viejos criminólogos.

Alguien tan listo como tú, pese a tu recurso ocasional al simplismo, podrá ver rápidamente que los dos hechos que quieres comparar son incomparables en prácticamente todo salvo en que ambos son muy deseables: mandar máquinas a Marte (y mucho más allá) y evitar asesinatos.

Pero así como estás alerta a la llegada de máquinas a Marte, motivo de enorme júbilo para todos, porque crece nuestro conocimiento, crece nuestro asombro, crece nuestra capacidad de soñar y crece nuestra capacidad de entender el universo, que no es poca cosa, siento que has pasado por alto los muchos asesinatos que hemos detenido gracias a la razón y el pensamiento ilustrado.

Hasta hace no muchos años, los estados asesinaban como parte de su trabajo de gobierno. La lucha contra la pena de muerte ha tenido bastante éxito en las culturas de la Ilustración, aunque quede camino por andar. Se han creado leyes cada vez más claras y una situación económica tal que se han abatido las tasas de asesinato.

Hasta hace no muchos años, cuando el poderoso mataba al débil, su impunidad estaba garantizada. La violencia era considerada un recurso legítimo. En el 1200, la tasa anual de homicidios en Europa Occidental era de 100 por cada 100 000 habitantes. Hoy es de 1. Quiere decir eso que, pese a la complejidad del problema, hemos aprendido a evitar 99 asesinatos por cada 100 000 habitantes. Redondeando la población europea a 400 millones, hoy evitamos 396 000 asesinatos al año sólo en Europa occidental.

El gasto total en legislación, policía, servicios médicos de urgencia, educación, concienciación social, cambios políticos y estudios sociológicos y psicológicos que han favorecido este extraordinario cambio es incalculable, pero 2 500 millones de dólares es una bicoca para esa hazaña colectiva, sobre todo porque en vez de ser gastos por una sola vez, son gastos que todos tenemos que hacer todo el tiempo, a nivel nacional, regional y municipal.

Los 4000 asesinatos que aún se cometen en Europa (un poco menos, en realidad) siguen siendo un problema y nadie querría minimizarlos, pero también es injusto presentar una afirmación que parecería dar a entender que como especie nos hemos ocupado más por poner máquinas en Marte (hemos puesto realmente sólo unas 14) que por evitar la muerte de nuestros conespecíficos (hemos evitado millones). Esa impresión sería una horrible injusticia hacia una especie que ha luchado por progresar social, económica y moralmente. Hacemos mucho por evitar asesinatos, y lo hacemos con más éxito que en toda la historia humana, desde Hammurabi. Lo mucho, muchísimo que falte por andar, y lo desgarrador que personalmente nos resulten esas carencias - hambre, muerte, dolor, esclavitud, violación, tortura, injusticia - no son pretexto para unirse a la manada del autoodio, la misantropía y el desprecio por la humanidad, o por algún sector de la misma como el de los científicos.

Un gusto, José, y reitero mi tristeza por no haberte podido conocer cuando organizábamos aquel festival en México, proyecto que se truncó, como le dijiste por teléfono a Marcela, "porque hoy me han dado el Nobel de literatura".

Saludos,
Mauricio

(Este cartelito lo hace circular "hartos.org", uno de los membretes que desde 2011 organizan y capitalizan la crisis desde la oscuridad, con líderes que se ocultan eficazmente hasta que es hora de presentarse a las elecciones bajo tal o cual marca electoral... para luego exigir "transparencia" a todos los demás. Como suele ocurrir con estas organizaciones, su opacidad es sólo comparable a su negativa a asumir la complejidad de los problemas y su promoción propagandística del simplismo y el "esto no se arregla porque son malvados y no quieren". Y así nos va.)