26.1.17

Moral y nazismo

(Contexto para los no españoles: Se dio a conocer un vídeo de una chica de 19 años que era agredida por una docena de jóvenes de su misma edad, pateándola en el suelo por turnos a la puerta de una disco. Después, se dio a conocer que la chica es parte de un grupo neonazi violento, que suele ir armada y se le identifica como protagonista a su vez de otras agresiones. El debate ha ido por varios lados, especialmente las justificaciones a la golpiza por la adscripción ideológica de la chica, por sus agresiones, por su violencia.) 
Si justificas que a una neonazi le den una paliza extrajudicial "porque se lo buscó", espero es que seas coherente y consideres aceptables a los GAL y las torturas policiacas "porque se lo buscaron", que aceptes la persecución de los tuyos con la misma saña. Si admites que la violencia decidida por individuos o grupos es la forma de resolver las cosas, lo asumes plenamente. No vale que lloriquees si mañana quince nazis te ponen fino a patadas, ni es razonable que pidas ayuda a la policía... ambas partes habéis acordado el terreno del debate y sus procedimientos, los estándares morales a los cuales os ajustáis y la conducta que halláis aceptable ambos. Nada más. Puedes continuar.

Mi opinión es otra, por supuesto. La decisión de utilizar la violencia siempre debe tomarse de modo que se sustente la superioridad moral del que se defiende por encima del que agrede. Y la violencia debe ser un consenso social legítimo y no una decisión unipersonal o de un grupo que se automargina de los mecanismos existentes para la respuesta a la ilegalidad.

Y no me jodan con la Segunda Guerra Mundial como ejemplo de que a los nazis se les vence sólo militarmente.

Los nazis aniquilaron a millones de personas, de civiles, de no combatientes, de manera repugnante y humanamente inaceptable, provocaron hambre, enfermedades, sitios de una brutalidad atroz como el de Leningrado, instalaron un sistema industrial sólo para el genocidio sin más límite que la disponibilidad de víctimas, y mucho más... La respuesta de los aliados, la que estableció de modo contundente su superioridad moral sobre los nazis, fue no exterminar en campos hediondos a la población alemana (sus militantes nazis incluidos) una vez derrotada, ni matar siquiera a los peores asesinos sin juicio previo, ni fomentar el hambre y las enfermedades en los territorios ocupados, ni vengarse. Porque la justicia no es venganza, y dos injusticias no dan como resultado una forma de justicia.

La Alemania ocupada no fue un teatro de sangre, sino de reparación y demostración de por qué los vencedores eran mejores que los vencidos. Me-jo-res.

Y hasta hoy. Son me-jo-res.

Y ésa, amiguitos, es la diferencia moral que importa. Cuando no existe tal diferencia moral, cuando te pones a la altura moral del nazi (o del asesino, o del violador, o del fascista, o del racista, o del que tú consideres más bajo y despreciable), la coartada ideológica ya no vale para una puta mierda, en lenguaje técnico. Y no te la acepto.